
[Versión 1.5]
Resumen
Este artículo investiga la fenomenofonología del falso cognado “lemon” en relación con la palabra “limón” en la práctica lingüística y epistemológica de hispanohablantes de origen mexicano que viven en diferentes países con diferentes lenguas nacionales.
A través de investigación mediada por el Internet, incluyendo técnicas de crowdsourcing haciendo uso de redes y medios sociales en línea (blog y Twitter), se recibieron 106 respuestas en un lapso de 24 horas procedentes de México, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica (EUA), Reino Unido, Europa y otras regiones.
El estudio refleja que 53% de los hablantes encuestados dijeron que lo que en México se llama comúnmente “limón” es un “lemon, obviamente!”, mientras que el 47% restante consideró que se trataba de “lime, obviamente!”.
El estudio muestra que no sólo los mexicanos que viven en México o en regiones hispanohablantes prefirieron “lemon, obviamente”, ya que algunos de los mexicanos que viven en países angloparlantes también prefirieron esta opción, a pesar de vivir en países donde la lengua dominante u oficial llamaría a un limón “lime.“
Por otro lado, el 100% de las respuestas de participantes no mexicanos que dijeron vivir en un país angloparlante eligió la opción “lime, obviamente.”
Hipótesis y motivación del estudio
La hipótesis general es que la homofonía y homografía entre el español “limón” (en el uso que en general se le da en México) y el vocablo inglés “lemon” suele causar una especie de disonancia cognitiva, sobre todo cuando se le experimenta en un contexto bilingüe o plurilingüe.
Se propone que esta confusión o disonancia cognitiva no tiene necesariamente que ver con el conocimiento, fluidez o supuesta corrección en el uso de la lengua inglesa como lengua extranjera por parte del hablante mexicano, sino con la homofonía y homografía de una palabra que representa un cítrico de crucial importancia en la cultura mexicana.
El estudio fue motivado por el deseo de poner a prueba los recursos abiertos y gratuitos en línea, así como establecer un mecanismo de interacción con una pequeña (más no claramente circunscrita) comunidad de usuarios de Twitter. Por supuesto, la intención era realizar un ejercicio de empatía cultural en que la formalidad de la corrección lingüística no era lo que estaba a prueba.
La encuesta incrementó las visitas a este blog de manera considerable, recibiendo 166 visitas únicas en 24 horas (18 y 19 de Marzo):

La hipótesis que guió el estudio contempla que las traducciones del español al inglés de textos de autores de diferentes nacionalidades también han contribuido de modo importante a generar esta confusión simbólica/lúdica/poética, en que la palabra “limón” se traduce como “lime” o “lemon“, en ocasiones sin distinguir si el autor es chileno, español o mexicano, por ejemplo.

Lo que se ha denominado una “disonancia cognitiva” causada por la homofonía y homografía (sonidos y escritura similares a pesar de significados diferentes) entre “limón” y “lemon” se ve expresada también a nivel iconográfico, como lo revela esta búsqueda del término “limón” en Google images:

Metodología
- La encuesta se realizó a través de una forma de Google docs ligada a una Hoja de cálculo Google, Twitter y este blog de WordPress.La encuesta se publicó y anunció por primera vez el 18 de marzo de 2013 a las 21:20 horas GMT y se cerró a las 21:22 horas GMT del 19 de marzo de 2013.
- La encuesta se difundió de manera abierta a través de mi cuenta de Twitter @ernestopriego con un hipervínculo a una entrada de ese blog.
- La encuesta recibió 166 visitas únicas en el blog vía Twitter, y se recibieron 106 respuestas durante un periodo de 24 horas.
- La encuesta se constituyó por tres preguntas fijas de opción múltiple (ver sección de Visualización de resultados).
- Intencionalmente se combinó español e inglés, haciendo las preguntas en español y ofreciendo dos opciones de respuesta mutuamente excluyentes para describir el tipo de fruta. Cada opción se conformó por dos frases combinando español e inglés, con el nombre de la fruta en inglés (“lemon” o “lime”, sin itálicas), seguidas del adverbio “obviamente”, con signo de exclamación final. La intención era exacerbar la confusión homofónica/homográfica/semántica a través del bilingüismo en la misma estructura sintáctica de las opciones ofrecidas y de la encuesta en general.
- La primera respuesta se hizo desde Canadá, dos minutos y 32 segundos después de haber publicado la encuesta en este blog y su respectivo anuncio en Twitter.
- Una respuesta adicional fue mía. 97 dijeron ser mexicanos (incluyendo al autor).
- Contando con una muestra aleatoria de más de 100 participantes, el margen de error es de 10.0%, según la aproximación 1/√N (Niles 2006)
- Los resultados están disponibles de manera abierta en la hoja de cálculo Google en que se recibieron las respuestas, aquí.
Visualización de resultados
- Estas son las visualizaciones de los resultados generadas automaticamente por Google docs (sin contar mi voto):

- La recepción de respuestas (todas via Twitter) mantuvo un crecimiento estable desde que se difundió por primera vez y se recibió la primera respuesta:

Utilizando la hoja de cálculo Google se editó manualmente la base de datos para generar las siguientes gráficas con la intención de aislar grupos por nacionalidad y lugar de residencia:
Conclusiones
Vivimos en una época en que nociones de identidad cultural están abierta e inmediatamente puestas en cuestión por la globalización. Los mexicanos no sólo viven en México (y México nunca es sólo “México”). La relación del mexicano con la lengua inglesa es una muy particular, determinada en gran medida por la proximidad con los Estados Unidos de Norteamérica. La importancia de la migración mexicana a otros países (no sólo Estados Unidos) no puede ser desestimada como un projeceso de influjo cultural.
La reciente popularidad de la comida mexicana fuera de México y Estados Unidos (en el Reino Unido por ejemplo) puede ser un elemento que puede exacerbar en algunos la necesidad humana y lógica de apropiaciones y reapropiaciones de palabras clave para los procesos de construcción y reconstrucción de la identidad nacional, lingüística, cultural y étnica en el contexto de la migración internacional y la globalización de los mercados y los estereotipos culturales.
Los resultados del estudio muestran que no sólo los mexicanos que viven en México o en regiones hispanohablantes prefirieron “lemon, obviamente”, ya que algunos de los mexicanos que viven en países angloparlantes también prefirieron esta opción, a pesar de vivir en países donde la lengua dominante u oficial llamaría a un limón “lime”.
La hipótesis de este estudio contempló las complejidades causadas por el hecho que en otros países hispanohablantes los términos “lima” y “limón” se usan de maneras diferentes para referirse a cítricos distintos, a veces opuestos. Asímismo se sugiere que las características cromáticas del cítrico (verde afuera; amarillo adentro) pueden contribuir a la disonancia cognitiva mencionada. Cfr. Neruda, “Oda al limón”:
“Así, cuando tu mano
empuña el hemisferio
del cortado
limón sobre tu plato
un universo de oro
derramaste,
una
copa amarilla
con milagros,”
O García Lorca en “Adelina, de paseo”:
“Me pondrá la carne verde
-zumo de lima y limón-,
tus palabras -pececillos-
nadarán alrededor.”
En “Me tiraste un limón y tan amargo”, Miguel Hernández habla del “golpe amarillo”. Para Nicanor Parra “un pomelo es un limón para turistas” (el pomelo es amarillo por fuera).
Cuando en México leímos, de niños o jóvenes, estos poemas, ¿qué limón era ese limón? ¿Cuál es la lima y cuál el limón, y cuando aprendemos inglés viviendo y sintiendo en español, por más que nos sepamos de memoria la lección y el diccionario, siendo mexicano cuál es el lemon y cuál la lime?
Aventuramos la posibilidad que la asociación del concepto mexicano de “limón” y la palabra inglesa “lemon” sea consecuencia de una mexicanísima voluntad simbólica, lúdica y póetica desarrollada con base en la homofonía y homografía entre ambas, convirtiéndole en elemento de cohesión y construcción de la identidad cultural en una época de migración masiva y globalización cultural.
Se enfatiza que lo que se sugiere es que esta disonancia cognitiva no se trata de un error fáctico, sino de un ejercicio simbólico, lúdico y poético, incluso un ejercicio de apropriación y reapropiación de un término extranjero que extranjeriza y aliena la lengua materna, aunque sea indirectamente, a nivel fático y emotivo, mediante dicha homofonía y homografía. Si los angloparlantes pueden llamarle “taco” a una tostada y piden gusano con su tequila, ¿por qué el mexicano bilingüe o plurilingüe no podría llamarle al limón lemon?
La diferencia numérica entre los participantes que vieron en el limón mexicano un “lemon, obviamente” y los que vieron un “lime, obviamente” es pequeña, pero no deja de ser significativo que el 56% de los participantes prefiriera, “obviamente”, la palabra “lemon”.
Bibliografía
Niles, R. (2006). “Journalism Help: Statistics Every Writer Should Know,” RobertNiles.com [accesado Marzo 20, 213] http://www.robertniles.com/stats/. WEB.
Hewson, C. (2008). “Internet-mediated research as an emergent method and its potential role in facilitating mixed methods research”. In: Hesse-Biber, Sharlene Nagy and Leavy, Patricia eds. Handbook of Emergent Methods. New York: Guilford Press, pp. 543–570.
Proverbio AM, Mariani S, Zani A, Adorni R (2009) How Are ‘Barack Obama’ and ‘President Elect’ Differentially Stored in the Brain? An ERP Investigation on the Processing of Proper and Common Noun Pairs. PLoS ONE 4(9): e7126. doi:10.1371/journal.pone.0007126
Wieling M, Nerbonne J, Baayen RH (2011) Quantitative Social Dialectology: Explaining Linguistic Variation Geographically and Socially. PLoS ONE 6(9): e23613. doi:10.1371/journal.pone.0023613
Yasseri T, Kornai A, Kertész J (2012) A Practical Approach to Language Complexity: A Wikipedia Case Study. PLoS ONE 7(11): e48386. doi:10.1371/journal.pone.0048386
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*Needless to say esto se trata de un divertimento y debe ser tomado como tal.
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